martes, 4 de septiembre de 2012

Nuestro querido Algarrobo piurano

Por Sofía Sotomayor

El algarrobo

El origen del nombre "algarrobo" se remonta a la época colonial cuando los españoles observan en este árbol, conocido como "tacco" en quechua, algunas cualidades parecidas a las del "algarrobo europeo" (Ceratonia siliqua).

El ALGARROBO es considerado "un regalo de Dios" o un “milagro del desierto” por los pobladores del norte del país. Ya que crece silvestre  en las zonas áridas de la costa del Perú, usando mínimas cantidades de agua, además ofrece múltiples beneficios de gran importancia para la región.
El algarrobo es una de las especies más características de la región de Piura. Se les encuentra formando grandes bosques en los valles del norte piurano.
Tiene múltiples cualidades que benefician el desarrollo de diversas actividades económico-productivas:
Las hojas del algarrobo que caen al suelo, conocidas como “puño” son consumidas por el ganado. Sus flores son un excelente recurso para la producción de miel, jalea, polen y cera. Sus hojas caídas son usadas como abono orgánico. Brindan sombra al ganado. El algarrobo posee una madera muy dura, usada en construcción de viviendas rurales, puertas, mesas, vigas etc. Se sus semillas se puede obtener alcohol y otras medicinas naturales. Su fruto, la algarroba, se emplea para obtener diversos productos. Es muy apreciado como planta ornamental. Su madera se utiliza en la confección de muebles, utensilios y artesanías.
Otro uso común del algarrobo es, lamentablemente, la producción de carbón, ya que su madera es muy resistente. En algunos sitios arqueológicos se han encontrado vigas de algarrobo que han resistido miles de años.
Con el tiempo, la tala del algarrobo para usarlo como leña y carbón sin tener en cuenta su reforestación, se ha ido acentuando hasta convertirse en un grave problema. Sus ramas y tronco son empleados como combustible para cocinas artesanales, sin embargo esta condición es sobreexplotada en algunas zonas y pone en peligro su existencia.
La falta de algarrobos en el lugar acelera la desertización y origina la salinización del suelo debido a la napa freática que asciende a la superficie. El algarrobo tiene la ventaja de extraer la humedad del subsuelo, formando en el desierto “pequeños oasis” por ello es el más indicado para poblar estas áreas.

No obstante, el fenómeno de El Niño de 1997-1998 regeneró cientos de miles de hectáreas de bosques de ALGARROBO, los arboles jóvenes recubrieron amplias zonas deforestadas por la acción de las actividades humanas. Por lo que su conservación es una tarea pendiente en la que todos debemos colaborar.
¿Sabías que…?
Para germinar, la semilla del algarrobo debe pasar por el tracto digestivo de un animal (cabra, burro, vaca, oveja) y puede permanecer varios años en el suelo hasta encontrar agua suficiente para crecer.

La algarroba:
La algarroba es el fruto del algarrobo, en forma de vaina, de color amarillo. Durante los meses de verano generalmente cae al suelo de manera natural. Contienen altos índices de azúcares, proteínas, minerales, vitamina del complejo B y fibras.
Las vainas del algarrobo tienen múltiples usos también.
Sirve como forraje de animales por su alto contenido de proteínas y carbohidratos. Sirve como alimento humano, durante las épocas de escasez, en las zonas rurales se hace una sopa de algarroba. De las semillas tostadas se puede producir un sustituto del café.  Con ella, se puede obtener té de algarroba o té ecológico, harina de algarroba, toffes, entre otras variedades.
Además se obtiene la algarrobina a partir del cocimiento de la algarroba con chancaca o azúcar de caña.
La algarrobina es un energizante natural, de alto contenido proteico y gran demanda en los mercados internacionales, especialmente para personas de tercera edad, deportistas y niños.
La algarroba representa un fruto muy importante para la comunidad piurana.
En la comunidad campesina Apóstol Juan Bautista, donde diversas personas trabajan la algarroba, para hacer algarrobina principalmente.
Hay quienes han visto en este producto un medio para generar ingresos como sucede en el distrito de Tambogrande con 37 pobladores de los sectores de Ocoto Alto, Locuto y El Carmen, quienes se dedican entre los meses de diciembre, enero y febrero a la recolección de la algarroba para luego procesarla y obtener diversos productos.

¿Sabías que el campus de la UDEP contribuye al 32% del oxígeno de la ciudad?
El campus de la Universidad de Piura tiene una extensión de 130 hectáreas cercadas de las cuales 70 son micro hábitats de bosques de algarrobos de regeneración natural y de reforestación. Estas hectáreas contribuyen con el 32% del oxígeno de la ciudad y también a mejorar la calidad del aire y suelo, aseguró Nora Grados, coordinadora del área de proyectos ambientales de la UDEP.
En el campus universitario se mantienen 8325 algarrobos con un Diámetro a la Altura del Pecho (DAP) promedio de 36 cm y una altura promedio de 10 m, que contribuyen a la reducción de Gases de Efecto Invernadero (GIE), mediante la captura del carbono y que además contribuyen a mitigar el cambio climático en Piura.

“Aquí en la universidad cuidamos y nos preocupamos por el bosque, no solamente por la vaina que da el algarrobo sino porque su cuidado favorece el desarrollo de un hábitat adecuado para albergar a muchas especies”, señaló Grados.
Explicó que el campus, que se dedica a estudios biológicos, forestales y productivos, se ha convertido en un hábitat característico de los bosques secos del norte del Perú y sur de Ecuador, y forma parte de Región Tumbesina, una de las tres áreas de mayor importancia biológica en el mundo.
Es un pulmón verde de la ciudad, protege los suelos, la flora y fauna de la región endémica tumbesina, y es un modelo de conservación del bosque seco”, explica Grados.
En este hábitat se albergan diversas especies de flora y fauna, que han sido estudiadas, inventariadas y monitoreadas por especialistas de la UDEP.
La UDEP ha realizado proyectos de reforestación en diferentes zonas del bosque seco de Piura. También ha hecho mejoramiento genético de los algarrobos. “Y hemos empezado, con la Universidad Nacional de Buenos Aires, a estudiar los algarrobos de Locuto, la comunidad Nacho Távara y el Estuario de Virrilá. Queremos rescatar los mejores ejemplares para luego reproducirlos en zonas deforestadas”, dijo Grados.
La idea es protegerla y luego hacer un plan de manejo ambiental. Realizar visitas guiadas a colegiales, diseñar rutas, etc. Que no sea solo un espacio ornamental, sino que incentive a los alumnos a respetar la naturaleza y sus recursos”, dijo Grados.



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