Por: Omar Franco Nájar Sotomayor,
Carlos Alberto Granda Prieto, Guillermo José Hidalgo Talledo
Si hay un animal que encarna el fervor patriótico es sin duda el “Perro sin pelo del Perú” (PSPP). Hoy es cuando las leyes peruanas le dan un sitial, se está ganando de a pocos un cariño que le fue ajeno durante siglos. Este can fue el mejor amigo de nuestros antepasados. Basta señalar que en el virreinato los españoles lo ninguneaban y hasta lograron opacarlo con razas europeas, pero su estirpe sobrevivió heroicamente, a tal extremo que superó un proceso de extinción.
Galante por su particular andar, pero sobre todo fiel hasta el cansancio; así es el Perro sin pelo del Perú. Sobre él se tejen muchas hipótesis, historias y hasta leyendas. Las crónicas de la época de la conquista señalan que fue sacrificado en rituales; otros le atribuyen propiedades medicinales y hasta lo ligan al esoterismo. Muchas cosas se pueden decir, pero nada es tan real como es oriundo de Perú, aunque haya quienes planteen lo contrario.
Breve Resumen Histórico
Algunos curiosos afirman su introducción al Perú proveniente de inmigración china sucedida poco tiempo después que el Presidente del Perú, Don Ramón Castilla, promulgara la ley de la abolición de la esclavitud. En cambio otros investigadores suponen que la presencia de este ejemplar en el Perú sea proveniente del continente africano, a través de los nómadas que llegaron a América acompañados de sus perros sin pelo.
Otra posibilidad de la presencia de este cánido sería debida a la migración de humanos con sus perros desde Asia a América a través del estrecho de Bering. Sin embargo, al margen de todas estas suposiciones, existen pruebas que sí podemos afirmar, tales como las representaciones que aparecen en los ceramios de distintas culturas Pre-Incas, como Vicús, Mochica, Chancay, Chancay con influencia de Tiahuanaco, Chimú; en lo que en muchos casos el perro sin pelo suplanta a las representaciones del puma, la serpiente o el halcón, destacándose con mayor interés en la cultura Chancay. Como se puede apreciar en estas representaciones, el Perro sin pelo hace su aparición en las épocas arqueológicas del Pre-Incanato, situándose desde 300 años a.C., hasta 1460 d.C.
Reconocimiento a nuestro Vikingo
La Federación Cinológica Internacional reconoció y registro el 12 de junio de 1985 al Perro sin pelo del Perú, en su nomenclatura de razas con el número 310. Lo clasificó en el grupo V, tipo Spitz, que es para aquellos perros atléticos, ágiles ideales para carreras, y en la sección 6 en la que se ubican los perros tipo Primitivos. Al clasificársele de perro primitivo, se le reconoce que es de raza pura, es decir, la naturaleza los hizo tal como son, no habiendo variado sus características morfológicas en miles de años.
El congreso de la Republica mediante el decreto N° 27537, del 22 de octubre de 2001 incluyó al Perro sin pelo del Perú como patrimonio de la nación peruana, reconociéndolo oriundo de este país.
En los últimos años es notorio el crecimiento en la crianza de nuestros perros peruanos, sin embargo aún es preocupante la cantidad que se calcula en 1500 a nivel nacional. La tercera parte se encuentra en Piura, por lo que hay que tener más cuidado con esta raza.
Actualmente se está cumpliendo con la ley que manda que en cada museo de sitio debe existir por lo menos una pareja de Perros sin pelo del Perú, como presupuesto. Lo que no se cumple es con la formación a nivel nacional de los Comité Provinciales de Protección del Perro Sin Pelo del Perú. Estos deben ser promovidos por los municipios y estar conformado por representantes del Instituto Nacional de Cultura (INC), Ministerio de Agricultura, Senasa, Concytec, colegio de veterinarios y criadores. El fin es único conservar la raza.
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