Por: Mar y Cielo Guevara
y Marisol Cerro
Pasando por la panamericana norte en Marcavelica, un desvío y una vieja carretera entre vegetación nos lleva a un pueblo que pareciese haberse detenido en el tiempo. Al margen derecho del río Chira en Sullana, Piura, se encuentra ubicado un antiguo pueblo histórico: San Miguel de Tangarará, el primer lugar fundado por los españoles que vinieron a conquistar el Perú en 1532. Hace ya 480 años, un 15 de Julio para ser exactos, se llevó a cabo la fundación de este pueblo, marcando así la historia de nuestro país.
Tangarará pertenece a la cultura Tallán, siendo el segundo pueblo más importante de esta cultura, después de Narihualac. Llamado antes Pullaclla, mas, luego se le cambió de nombre con la conquista.
placa que se encuentra en el centro de la plaza
¿Por qué el nombre de San Miguel de Tangarará?
“...la ciudad de San Miguel fue la primera que en este reino se fundó por el marqués don Francisco Pizarro, y a donde se hizo el primer templo a honra de Dios nuestro Señor”, dijo que cronista Pedro Cieza de León en sus Crónicas del Perú, al igual que otros cronistas e historiadores.
San Miguel fue el primer nombre que se le dio en su fundación por el conquistador español, Francisco Pizarro. La intención tras este nombre fue la de evangelizar al pueblo indígena como era una de las razones de la conquista, según los españoles.
La plaza con el monumento blanco que es el que tiene la placa
Tangarará deriva del vocablo Tallán: Tangar Arac, que era quien gobernaba el pueblo antes de la conquista y en el cual destacaban los curacas, conocidos antes como caciques. La combinación de ambos nombre fue para la transculturación.
El escudo
El 7 de diciembre de 1537, cinco años después de la fundación del pueblo, el rey Carlo V otorgó el Escudo de Armas a la ciudad de San Miguel, habiendo sido mandado el capitán Hernando de Cevallos por Pizarro para ir a España a solicitar escudos para Lima, Trujillo, Quito y San Miguel.
Hoy en día, San Miguel de Tangarará forma parte de uno de los pueblos pobres en el norte peruano. Una pequeña hilera de casas de adobe la conforman en su totalidad junto con la plaza principal. La falta de infraestructura hace notorio su olvido. No fue sino hasta el año 2005 que se le otorgó la categoría de patrimonio cultural del Perú. Y bajo el radiante sol y el eterno calor piurano, queda la imagen de lo que un día fue la primera ciudad fundada por Francisco Pizarro.
Fuentes usadas:
Marisol Cerro Guerra
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