Por: Alejandro Crespo
La semana pasada, mientras hacía un recorrido por la ciudad en un taxi, pude observar el tremendo caos vehicular que actualmente presenta nuestra ciudad, el cual tiene como principal responsable a los vehículos que ofrecen servicio público de modo informal, la oficina de Transportes y circulación vial de la Municipalidad de Piura, reportó que de los 25 mil vehículos que forman parte del parque automotor de Piura, 20 mil no están autorizados para ofrecer servicio público.
La falta de semáforos contribuyen enormemente al caos vehicular, en zonas como la Av. Vice con la Av. Andrés Avelino Cáceres puse observar bastantes imprudencias tanto de conductores como de peatones, en otras ocasiones han sucedió accidentes de tránsito, dejando heridos e incluso ocasionando la muerte de personas. Otras como la Av. Sánchez Cerro, el exceso de tráfico proveniente de distintas direcciones y la falta de orden ha provocado múltiples accidentes vehiculares.
El servicio de transporte público también es otro punto que contribuye al caos, pues este lo ofrecen taxis, combis, autos colectivos y mototaxis. Los mototaxistas registran la cantidad más alta de informalidad, y se calcula que 7 mil transitan sin el permiso correspondiente. En segundo lugar están las motos lineales que constituyen un gran problema. Circulan a pesar de que está prohibido de que lo hagan y no ser considerados como transporte de servicio público.
La deficiente infraestructura vial, también es otro punto importante, pues este no se diseñó acorde con el crecimiento del parque automotor, por lo que facilita la obstrucción del paso vehicular. Así, por ejemplo, las pistas de la ciudad son muy angostas para la cantidad de autos que circulan. En las calles y avenidas más transitadas debería haber calzadas de cuatro carriles y no de dos, como ahora hay, para que el tráfico sea más fluido.
La mala señalización se une a la lista de problemas. Muchas de las señales de las pistas están desgastadas, por lo que es difícil que los conductores las vean y respeten, y se añade a ello el hecho de que en varios puntos de la ciudad los semáforos no funcionan por fallas técnicas.
La solución debe ir mucho más allá de aplicar sanciones severas. Estas tienen que ir acompañadas de educación y sensibilización, para poder erradicar en gran parte el problema.
El problema de Piura es la indiferencia de su gente, en otros lugares hace rato hubiesen renovado a su autoridad.
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